Él es Bolsillo, es un galguito que fue muy maltratado, era utilizado para cazar, lo tenían amarrado día y noche sin agua ni comida para que cuando fueran a cazar el «sacara su instinto».
Vio morir a sus hermanos, a uno quemado y a la otra hermanita la tiraron de una camioneta cuando sus piernas ya no les servían.
Lamentablemente este es el destino de la mayoría de los galguitos, son usados para cazar o para correr y luego, cuando ya no les sirve son abandonados a su suerte.
Pero el destino de Bolsillo fue distinto, su adoptante lo esperó y lo vino a buscar desde otra ciudad. Ahora vive muy feliz, en un hogar donde lo aman y regalonean como a él le gusta.
Esperamos que su destino sea el de todos los animales abandonados.
¡Estamos muy felices por Bolsillo!